El árbol de las emociones
El árbol de las emociones.
Lamber era el rey del Reino Perdido. Como rey decidió que su reino sería el más fuerte de todos, que nunca caería, y haría de él un lugar que todos temerían y nadie se atrevería atacar. Lamber creyó encontrar la fórmula perfecta para hacer del reino perdido el más poderoso de todos. Este se pasó la mayor parte de su tiempo buscando y estudiando el porqué otros reinos habían sido derrotados, vio como algunos cayeron porque tenían miedo, otros porque en un momento de tristeza perdieron la esperanza, otros demasiado contentos por sus victorias se fiaron y olvidaron lo importante, había algunos en los que la ira no les dejó pensar con claridad. Tras leer infinidad de libros llegó a una conclusión; la culpa la tenían las emociones. Desde entonces Lamber prohibió mostrar las emociones a todos los habitantes del Reino Perdido y mandó que desde ese día cada vez que alguien necesitara expresar una emoción fuera a lo más profundo del bosque para que allí enterrara su emoción. Día tras día, los habitantes del reino iban al bosque a enterrar sus risas, sus enfados, su miedo o sus lágrimas. Y del hoyo donde todos enterraban lo que sentían empezó a crecer un tallo, que iba creciendo más y más conforme las personas escondían sus emociones en el bosque. Cada vez que visitantes de otros reinos llegaban se iban extrañados. Cuando a las personas les hacían cumplidos, no sonreían. Cuando se les daba un susto, no temblaban. Si se les decían cosas feas nadie se ponía triste ni se enfadaba. Era tan raro que nadie quería permanecer allí mucho tiempo. Lamber pensó que si nadie se acercaba al reino Perdido, nadie le atacaría y su reino duraría por siempre. Poco a poco el resto del mundo se olvidó de la existencia del Reino Perdido y es por esto por lo que lo llamamos así. Lamber iba al bosque para enterrar sus emociones todos los días, y allí siempre se encontraba a la misma joven, contemplando el árbol que estaba creciendo en el bosque. Poco a poco el rey empezó a notar una nueva emoción, la emoción más peligrosa de todas, pensaba él. Lamber comenzó a sentir amor. Un día llegó una terrible noticia a oídos del rey, los habitantes del reino se estaban transformando en muñecos de madera. Al no mostrar ninguna emoción dejaron de ser personas y se convirtieron en madera. Lamber se dio cuenta de que la madera era igual a la del tronco del árbol que había crecido en el bosque, así que fue allí y se encontró con el árbol y bajo él a la joven convertida en madera. Lamber sintió un dolor muy fuerte, abrazo la muñeca que una vez fue una preciosa muchacha y comenzó a llorar. En ese momento del árbol comenzaron a florecer flores de distintos colores, azules, amarillas, rojas, verdes, moradas, naranjas y rosas. Del árbol comenzaron a caer pétalos de todos los colores sobre el cuerpo de madera de la joven. Primero cayó un pétalo verde, luego otro morado, otro rojo, amarillo, naranja, azul y por último un pétalo rosa. Cuando esto pasó el cuerpo de madera empezó a volver a ser de carne y hueso. Lamber entendió aquel día que las emociones eran necesarias, y que un reino sin personas, aunque no pudiera ser invadido no era un reino feliz. Así que uno a uno llevo a los habitantes del reino al bosque y dejó que el árbol de las emociones curará a todos. Desde entonces Lamber mostraba sus emociones y aprendió a expresarlas adecuadamente. Lamber y la joven se casaron juntos reinaron en el reino más feliz de todos. ¿Te preocupa que nunca encontraran el reino perdido? No hay problema. Lo único que debes hacer es encontrar el árbol de las emociones cuidarlo y encontraras tu reino perdido, el lugar más feliz de todos.