El circo de las emociones.
En algún lugar del mundo existe un circo increíble, donde cualquiera que haya estado se ha quedado maravillado. Es un circo lleno de colores, capaz de hacerte sentir muchas cosas.
Cada función tiene su toque especial. Por un lado tenemos al Domador con su león ira, en sus actuaciones el circo se llena de color rojo, el león, desafiante, ruge y el público quedaba fascinado por su fuerza. Después llegaba el Mago Asco, que podía convertir cualquier objeto en algo desagradable como una rata o una lombriz, todo el escenario se coloreaba de color verde cuando empezaba a usar su magia. Seguidamente hacia su aparición la equilibrista Miedo, el escenario cambia su color al morado mientras Miedo cruza la cuerda floja con su monociclo a una altura increíble y todo el público tiene que taparse los ojos al verla realizar su función. Y por último, la preferida de todos, Alegría aparecía en escena y comenzaba a cantar, el circo se teñía de amarillo mientras se llenaba de gente deseosa de escuchar su canción. Alegría tenía una voz increíble que te llenaba de buenas sensaciones y energía, el público reía y bailaba mientras que alegría usaba su maravillosa voz.
Las funciones terminaban con Alegría, pero había alguien más que nunca aparecía en escena. Tristeza en cada espectáculo del circo de las emociones se quedaba esperando a que presentaran su función, deseosa de aparecer en escena y demostrar su talento, pero esto nunca sucedía. A Tristeza nunca la dejaban actuar.
-¿Cómo pretendes actuar, si siempre pones triste a todo el mundo? ¡ Nadie vendrá a nuestro circo si entristeces al público!. Lo mejor es que te dediques a otra cosa, es por el bien de nuestro circo.
Esto era lo que se le repetía a Tristeza después de cada función, así que tristeza agachaba la cabeza, y desilusionada pasaba de largo entre los demás integrantes del circo, que celebraban el éxito de cada día, y se encerraba en su camerino.
Una noche Alegría se acercó a Tristeza, ella siempre con una sonrisa en la cara no podía entender como Tristeza siempre estaba decaída y le preguntó porque se sentía así. Tristeza le contestó que no entendía su papel en el circo, que era inútil y solo era un estorbo, nunca podía realizar su espectáculo, y nadie quería saber de su existencia. Alegría no sabía cómo animar a Tristeza pues era la única persona con la que no podía lograrlo. El domador y sus leones aparecieron enfadados.
- ¡¡ Alegría que haces ahí holgazaneando, tienes que prepararte para la función, te toca actuar en pocos minutos!!
Alegría se fue rápidamente a su camerino para prepararse, mientras Tristeza se quedó sola. Harta de todo decidió que, al sentirse completamente inútil en aquel circo lleno de color, debía irse y buscarse otro lugar donde estar. Tristeza abandonó el circo sin pensarlo dos veces dejando su decisión escrita en una nota que dejó en su camerino.
Era el gran momento, el turno de Alegría había llegado. Todos estaban ansiosos por escucharla. Alegría apareció en escena y la música empezó a sonar, pero algo raro ocurría, el escenario no tomaba su color amarillo, y Alegría hacía gestos raros, nadie entendía nada. ¡Alegría había perdido su hermosa voz! El circo se volvió gris y Alegría no podía cantar. El público decepcionado abandonó las gradas y se quedó completamente vacío.
Los miembros del circo no sabían que hacer, el Mago Asco no soportaba la situación, el Domador no era capaz de manejar a Ira y Gruñón, que rugían sin descanso, la equilibrista Miedo se llevaba las manos a la cara y temblaba de terror, y Alegría, se sentía desanimada, desilusionada, inútil, ¡se sentía triste! Eso le recordó a su amiga Tristeza y acudió rápidamente a ella. Pero cuando llegó a su camerino se encontró con la nota de despedida. Alegría corrió a enseñar la nota a los demás.
-¡Esta Tristeza! Nos deja en el peor momento, ¡esta situación me está enfadando mucho!, decía el domador.
- Quizás ha huido, ¿a quién no le produce terror un circo tan gris? Comentaba Miedo.
El circo de las emociones perdió todo su color, y con él todo su público desapareció. Alegría que se sentía mal, sobre todo por su amiga Tristeza, ahora que podía entender cómo se había sentido todo este tiempo, decidió ir en busca de Tristeza.
Alegría comenzó su camino, y anduvo y anduvo sin descanso. Alegría cansada decidió sentarse, cuando de repente empezó a escuchar una preciosa melodía, siguió el sonido de lo que parecía un violín que le llevó hasta Tristeza, que estaba tocando el violín, Alegría que no quería interrumpir siguió escuchando y emocionada intentó cantar, y para sorpresa suya, ¡su voz había vuelto!, su voz y el sonido del violín de Tristeza hacía una pareja genial, conseguían crear sentimientos de melancolía, relajación, era como flotar en una nube.
-¡Wooh! , exclamó Alegría, eres increíble Tristeza, ¡Qué talento! ¡Tienes que volver y mostrárselo a todos!
Alegría le explicó todo lo ocurrido en el circo el día que se marchó, y que todos estaban muy preocupados por ella.
-Eres un aparte esencial en nuestro circo, sin ti pierde el color, sin ti yo no tengo voz, nuestro circo es como una balancín, para que uno suba otro debe de bajar, sin tristeza no hay alegría, sin Tristeza no hay circo de las emociones.
Tristeza y Alegría volvieron al circo y todos las recibieron con entusiasmo y acogida, el circo se llenó de colores de nuevo y enormes carteles anunciaban la nueva función que arrasaría en taquilla. Tristeza dejaba asombrados a todos con su violín, mientras el circo se llenaba de color azul, ella y Alegría hacían espectáculos juntas donde todos se sentían mejor al acabar la función, todo fue un éxito total y el circo de las emociones se hizo famoso por todo el mundo.
Quedáis invitados todos a nuestro circo de las emociones, donde, sobre todo, sentirás.
